De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el crecimiento verde combina el crecimiento económico y el desarrollo de una determinada región, con el mantenimiento y conservación de los recursos y servicios ecosistémicos y el bienestar social de la población. Para ello, la base del desarrollo económico tiene que estar soportada en términos de productividad e innovación, apostando por nuevos nichos de mercado y manteniendo la confianza de los inversionistas y la consolidación fiscal (OCDE, 2011). El enfoque está alineado con las hojas de ruta que se marcan también para hacer frente al cambio climático y que, en muchas ocasiones, se basan en el desarrollo tecnológico y la innovación de productos y servicios.
Por lo tanto, apostando por una estrategia de crecimiento verde se logrará reducir los posibles cuellos de botella causados por la escasez de recursos o la pérdida de capital natural, y los desequilibrios en los sistemas naturales que pueden traer consecuencias irreversibles. Ello apoyará también las estrategias de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), por la conservación de los sumideros de carbono, así como de adaptación al cambio climático. A su vez, se puede contribuir a alcanzar los futuros Objetivos de Desarrollo Sustentable 1, por ejemplo, al asegurar los patrones de consumo y producción sostenibles (Objetivo 12).
Para poder alcanzar un crecimiento verde es necesario desarrollar una estrategia a largo plazo alineada con este objetivo, la misma que debe ser adaptada al contexto y la realidad de cada país o región, cada uno con distintas necesidades y prioridades. Además, debe ser flexible para que pueda ser compatible con un entorno cambiante y el avance de las nuevas tecnologías, evitando así un bloqueo tecnológico e institucional.
Desde el año 2009, en el que los 34 países miembros firmaron la Declaración sobre Crecimiento Verde, la OCDE trabajó en la estructuración de una estrategia en este sentido. Derivado de ello, en el año 2011 presentó la Estrategia de Crecimiento Verde dirigida a alcanzar un crecimiento económico, generando empleo y haciendo un uso sustentable de los recursos naturales y la energía, a través de la asignación de un valor a los servicios de los ecosistemas.
En este contexto, el Estado de Campeche se encuentra desarrollando su Programa Estatal ante el Cambio Climático (PECC) con un horizonte a 2030 y ha considerado interesante incluir en esta nueva planificación aspectos de crecimiento verde. De esta forma, el Gobierno del Estado persigue configurar un horizonte futuro para Campeche que esté basado en un desarrollo económico, bajo en carbono y adaptado a los impactos del cambio climático, pero también donde se conserven los servicios que prestan sus ecosistemas y se garantice el bienestar social de la población campechana.
Por ello, la Estrategia de Crecimiento Verde presenta un primer análisis sobre el punto de partida del Estado de Campeche para la integración de una estrategia de crecimiento verde dentro de su planificación pública. El objetivo es, por lo tanto, identificar oportunidades de proyectos de innovación, tecnologías verdes y creación de nuevos mercados en el marco de un crecimiento verde, así como medidas para impulsar la productividad en sectores clave, promoviendo la mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales.
La Estrategia versa sus líneas en las políticas existentes de crecimiento verde, analizando la capacidad legal e institucional del Estado de Campeche para impulsar ese proceso. Este primer análisis se ha concentrado en tres sectores de la economía campechana, derivando en el estudio preliminar de un posible impuesto ambiental en uno de ellos. Todo ello se ha concretado en la identificación de una serie de proyectos piloto y la definición de una batería de indicadores, que permitan al Estado su inclusión dentro del PECC.
1 Los Objetivos de Desarrollo Sustentable, cuyo acuerdo para su elaboración fue uno de los resultados de la Conferencia de Río +20 (2012), cuentan por el momento con 17 objetivos, basados en los Objetivos del Milenio y que convergen con la agenda de desarrollo post 2015.